15 de marzo de 2014
Había una vez un grupo del Frente de Juventudes que encontró una casa vieja en los montes. Al principio tuvieron miedo porque el sitio les parecía como una fábrica abandonada o una capilla de un cementerio.
Pasó que llegó Martín, quien traía la comida de todos los jóvenes. Curiosos, miraron por toda la cabaña por si había madera para encender por lo menos una hoguera. Seguidamente, algunos chicos bebieron vino, bailaron o charlaron, mientras que las chicas limpiaron la cabaña.
De repente, Berta se dio cuenta de que había un hombre debajo de unas maderas y gritó. Desde este momento, el ambiente pacífico cambió. Debido a que los jóvenes no entendieron que el hombre viejo era sordomudo, el grupo del Frente de Juventudes lo amenazó con llamar a la Guardia Civil. Finalmente, los chicos reaccionaron con pánico y atacaron al hombre. Así pues se murió. Al final, las chicas invocaron a Dios por el perdón y la escena se enlutó lentamente...
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